Una cosa que me gustó mucho de La Fontana de Oro es que está situado en Madrid, es decir, en calles que ya conozco. Entonces, podía imaginar los personajes cruzando las mismas carreteras que he cruzado yo, y mirando a los mismos edificios. Y eso me parecía emocionante. Pero, la cosa es que no estoy seguro porque me parecía emocionante. Después de todo, no es verdad de unos de los placeres principales de la literatura es que podemos imaginar las cosas para nosotros mismos? Por ejemplo, cuantas veces has visto la peli de un libro que has leído, y después dicho, "Pues, no me lo imaginaba así" y se sentía decepcionado? Entonces, no debería haber sido lo mismo con La Fontana de Oro? Pues, a pensar en la cosa, me doy cuenta de lo que me interesó más de este libro no fue los personajes, ni la historia que Pérez Galdós quería contar de ellos. En lugar, yo quería conocer más de Madrid, de la historia de esta ciudad en que hoy vivo. Dado esto, no importaba tanto lo que pasó a los personajes que Pérez Galdós había inventado, tanto que lo que les pasó se estaba basado en Madrid, en su historia verdadera. Por ejemplo, cuando Pérez Galdós describía una lucha entre el pueblo y el ejercicio, no me dije, "Qué va a pasar a este o ese personaje?" sino, "Esto pasó en La Plaza Mayor? Estuve allí la semana pasada! Qué historia tiene estas calles!" Supongo que podrías decir que Pérez Galdós no hizo un muy buen trabajo, si no me interesó sus personajes. Al mismo tiempo, Madrid me parece una ciudad bastante más rica historicamente por haber leido su libro, y eso sin duda es éxito del escritor.