01 April 2013
Joaquin Sorolla - Retrato de Raquel Meller (1918)
La cosa más obvia de este cuadro es cómo la cara de la mujer está enmarcado, primero por su sombrero, y entonces por su encaje negra. Son las únicas cosas de este cuadro que no son blancas. El efecto es enmarcar la cara de la mujer, y fijar la atención del espectador en su rastro. Por ejemplo, el rojo de sus labios parece mucho más rojo, para ser enmarcado.
Además, enmarcar el rastro de la mujer a mí parece psicológico. Despúes de todo, no es solo una mujer hermosa. Al ver su rastro, queremos saber, qué está pensando? Por qué nos ve así? El efecto es augmentar la importancia de su humor, su sentido de alegría. El cuadro no sólo captura las características de la mujer, pero su impresión de la experiencia de estar pintado.
La encaje negra conduce al espectador hacia abajo. Es entonces que vemos sus manos y, también, su vestido, que parece en flor. El vestido es casi una cosa aparte de la mujer. Es algo que lleva, pero que tiene su propia vida también. Sí, no veo el vestido como parte de la mujer. Podría ser que ella no importa por su ropa?
En un sentido la mujer parece una niña que ha sido vestida por sus padres. Quiero decir, ellla no lleva su ropa como es orgullosa de ella. Es más como "Si llevo este vestido, eso está bien también. Pero tú y yo sabemos que tengo mi propia mente, y voy a usarla." Quizá sea un poco pretenciosa en este sentido.
El gesto de la mano derecha de la mujer es muy delicado, y parece intencional, como ha pensado en poner sus dedos así. En ese sentido, es un gesto psicológico. Quiero decir, si la mujer hubiera pensado en poner sus dedos así intencionalmente, qué dice eso sobre ella? Que tipa de persona es? Por ejemplo, está jugando con el palo que tiene allí?
La expresión de la mujer es interesante también. Parece que está examinando a el pintor (Sorolla) mientras él está examinando a ella, como todo es un juego. Quizá sea por eso que parece que ella está jugando con el palo. Es su humor en este momento. Además, claro, sí Sorolla ha pintado su examinación de él sí mismo, ya parece que ella está examinando al espectador. Es casi meta.
Me gusta cómo su cuello señala hacia arriba un poco, y cómo está mirando al espectador de un ángulo. También es un gesto juguetón. Ella no está complemente en serio aquí.
Lo más disfrutable de este cuadro, como todos los cuadros de Sorolla, es que es un verdadero placer para ver. Puedes sentir el disfrute. Con Sorolla, siempre te sientes como la vida es un regalo, y hay que apreciarla por todo lo que puedes. Al ver este cuardo, quieres respirar profundamente, y sonreir, como fuera el primer día de la primavera.